Yasunari Kitaura Shihan

Yasunari Kitaura es Doctor en Historia del Arte y profesor de Aikido 8º Dan. . Graduado de la Universidad de Waseda. Estudió con Morihei Ueshiba y Kisshomaru Ueshiba.  Representante oficial de la AIKIKAI HOMBU en España Por designación directa del Doshu Kisshomaru Ueshiba, donde ha residido desde 1967.

A lo largo de todos estos años ha formado numerosos expertos en aikido, los cuales se agrupan en la Asociación Cultural Aikikai de España (ACAE).

Es fundador de la Asociación Cultural Aikikai España (ACAE) la cual dirige en la actualidad. La Asociación Cultural Aikikai España tiene como fin la enseñanza, conservación, práctica, fomento y difusión del Aikido desarrollado por el Maestro O Sensei Morihe Ueshiba.

Actualmente dirige la escuela “Ametsuchi”, en Madrid, y sigue impartiendo numerosos cursos tanto en España como en el mundo.


Entrevista a Shihan Yasunari Kitaura, el Aikido sobrio y elegante
Por Jordi Sala
Redacción de el Budoka

Antes de que diera comienzo el curso de Aikido que iba a impartir, Shihan Yasunari Kitaura accedió muy amablemente a responder para los lectores de El Budoka a la siguiente entrevista. Dicho sea de paso, Shihan Kitaura no es muy dado a los interviús, y mucho menos a las tediosas sesiones fotográficas, por tanto estamos agradecidos y satisfechos por haber conseguido esta entrevista y las fotos que la ilustran. Agradecemos por ello la intermediación de los sres. Antonio Martín y Luis Nuñez, maestros de aikido en palabras del propio maestro Kitaura.

Durante la entrevista, Shihan Kitaura estuvo más abierto de lo que cabía esperar, respondió no para cubrir el expediente, sino que dejó hablar a su parte íntima, aquella que aprendió el Aikido auténtico de Morihei Ueshiba y de su hijo Kisshomaru. Estas fueron sus palabras:

Díganos maestro, bajo su punto de vista ¿cómo ve el Aikido actual?
Yo lo veo en un proceso positivo. El Aikido ha sido siempre una actividad, dígamos, moderada, si no, modesta. No ha alcanzado la expansión popular de, por ejemplo, el Karate, el Judo, o incluso el aeróbic, por citar una disciplina más moderna. Pero, como usted puede ver, más de la mitad de los asistentes a este seminario no son, digamos, chavales, eso quiere decir que ya llevan años y años practicando esta disciplina. Individualmente siguen con ánimos. Sinceramente creo que, lentamente, se está expandiendo. Además todavía no ha experimentado ningún descenso, y eso es bueno.
El Aikido puede calificarse como deporte, es decir, es una actividad física como otras Artes Marciales pero, ¿cómo diría?, es una actividad interior. Aquellas personas que lo practican, en su lugar de trabajo o conduciendo su coche y otra actividad y están pensando en Aikido, en cierto modo están practicándolo interiormente, entonces esto permite esa continuidad e interés continuado permanente.

¿Cuál es su idea del Aikido tradicional?
Yo me considero más bien tradicionalista, en el sentido de que tengo interés en que la esencia de nuestra disciplina perviva y eso creo que es el principal interés de la mayoría de los seguidores de esta disciplina, aunque con el tiempo nosotros mismos experimentamos cambios, recibimos influencias de todo tipo, pero fundamentalmente intentamos recordar los puntos importantes, los principales, que conforman el aikido.

¿Los pilares del Aikido?
Exactamente.

Decía Kisshomaru Ueshiba que en Aikido un físico poderoso o una tremenda fuerza muscular no son imprescindibles, lo que realmente importa es la unificación del cuerpo y el espíritu ¿Cómo se lo explicaría a una persona que no conoce el aikido?
(Shihan Kitaura sonríe) Esto no es más que decir que con un buen conocimiento del Aikido tú puedes derribar a un hombre muy corpulento, con mucha fuerza, etc. Si se enfoca de esta manera el Aikido se convierte en algo, digamos, fantasmagórico, milagroso, es decir, no es real. Tenemos nuestras condiciones físicas, cada uno las suyas, pero el enfoque no sería este...Centrándonos en esta frase por la que usted me preguntaba, si ponemos todo nuestro interés en cómo unificar en lugar de rivalizar, en lugar de colisionar con otra fuerza potente, intentamos integrarnos en ella y-desde dentro- podemos transformar, es decir, no es un argumento filosófico-literario, es un enfoque muy concreto. Trabajando así, no enfrentándonos a aquella fuerza que de lo contrario nos aplastaría, nos convertimos en núcleo del conjunto de dos fuerzas. A partir de este momento aquella fuerza ya no es enemiga, si no que se convierte en nuestra propia fuerza. Pero repito, este es el enfoque, no es una magia con la que pensando así podamos conseguir nuestro objetivo, esto es más bien una fantasía. Es una forma de trabajar con la que se logra ir construyendo poco a poco y alcanzando esa idea.

Y la respiración ¿qué papel juega en el Aikido?
La respiración en el sentido normal es fundamental, pero cuando hablamos de la respiración en el ámbito del Aikido no nos referimos al intercambio gaseoso en los pulmones, si no que nos estamos refiriendo a esa fuerza interior que denominamos Ki y la propia acción misma, que es como una respiración, es decir, no se enfoca como una simple acción mecánica en la que un cuerpo sólido se dirige contra otro cuerpo sólido en el espacio de la acción. No es así, si no que vemos el mismo espacio como elemento integrador y nuestra acción – como antes decíamos- como esa unificación, esa integración de fuerzas ajenas, como la respiración, quiero decir que en lugar de confrontar, chocar: respirar, ahí está la cuestión.
Es una sabiduría primitiva, muy antigua; esa metáfora de la respiración es un punto de partida, pero en la actividad no es una simple metáfora, si no que se experimenta realmente. Para explicarlo debemos recurrir a la citada metáfora, por que la función pulmonar es una cosa relativa. A veces, una acción enérgica puede hacerse interrumpiendo el aliento, incluso un buen rato, de forma sostenida, ahí no hay esa identificación con la función pulmonar... cuando el movimiento es grande y enérgico debemos respirar ampliamente y la acción cobra ese sentido de respiración.

Mucho se ha hablado sobre el Ki ¿que nos puede explicar al respecto? ¿Debemos perseguir la energía Ki, o con el tiempo y la práctica seria ya nos llegará el momento?
Ki...brevemente... como sustancia, como un ente, si eso se intenta investigar nos perdemos en la selva filológica y eso no nos interesa por que como antes decía es una sabiduría, y es una sabiduría porque no es pura fantasía. Es aquella idea que germinaron los pioneros en el origen. Entonces, y aunque el Aikido es moderno, creo que el concepto Ki en nuestro arte marcial es algo muy vivo y real. No lo podemos sustituir por otros términos como energía, fuerza, armonía, etc., no lo podemos sustituir, se necesita ese concepto realmente porque está muy vinculado a la mente humana, es decir, no podemos concebirlo como algo sustancialmente independiente. Si se transmite así perdemos, fallamos en nuestra actividad y se convierte en algo inútil, algo que no sirve, si no todo lo contrario, arruina todo el esfuerzo necesario.
Sucede con el concepto Ki lo mismo que decía de Kokyu, la respiración y otro concepto importante, el Hara, en vez de hablar de pulmones, riñones, cerebro, hablamos de estos otros conceptos, pero todos ellos son necesarios a la hora de actuar con rigor, con precisión, durante nuestra acción, nuestra ejecución. Para ejecutar una técnica, si no hay esta noción de Ki, Hara, Kokyu, todo se mecaniza y deja de ser Aikido.

¿Cree necesario practicar el Misogi? Un occidental, con su mentalidad tan diferente a la oriental ¿entien de la dureza que requiere?
Misogi es un término Shintoísta. Yo personalmente no lo practico demasiado. Pero viendo lo real, lo positivo, es una cosa muy bella por que no sólo limpia tu cuerpo, si no que intenta purificar tu alma a través del ejercicio corporal.
A diferencia de los “Ejercicios Espirituales” de San Ignacio de Loyola que son también algo muy duro, Misogi es optimista, muy optimista, es decir, ejerciendo un buen pensamiento acompañado del ejercicio, uno depura, se purifica y se convierte casi en un pequeño dios, en un pedacito de Dios... es como una minúscula gota de rocío que brilla sobre la hoja de una planta. Te conviertes en algo que brilla. Todo este proceso es fundamentalmente optimista: es el concepto de pecado ausente. Es decir, tú puedes lavar tu “indigestión”(se ríe). Yo lo veo un aspecto positivo para un teólogo religioso que no se lo toma a broma, pero probablemente, probablemente esta forma de vivir es inocente, en cierto modo, si conlleva un acto, digamos, de sufrimiento, es también una cosa buena.

¿En qué año conoció al maestro Ueshiba?
Yo le conocí los últimos meses del año 1959.

¿Cuánto tiempo practicó en el Dojo de Ueshiba?
Yo vine aquí en 1967, por lo tanto unos siete y ocho años, aproximadamente.

¿Qué responsabilidad o función tenía encomendada en ese Dojo?
No, no, ninguna. Yo sigo por azar, por puro azar enseñando Aikido, puesto que no era esa mi intención. Yo enseñaba por mandato de Kisshomaru Ueshiba y tuve esa breve experiencia con algunos grupos, pero esto no como una dedicación intensa. De todas formas me lo tomaba con mucho interés porque el Aikido siempre me había atraído pero no pretendía ser..un “maestro”(se ríe, no quería usar esa palabra).

¿Cuáles son sus relaciones con el actual Doshu, el nieto de Ueshiba?
Mis relaciones son correctas, de todos modos como te decía yo aún no me concibo como un maestro, yo enseño lo que he aprendido, pero yo tengo conciencia de responsabilidad frente a los amigos que se relacionan conmigo a través del Aikido y también con el fundador y el fallecido maestro Kisshomaru Ueshiba. Han sido amables conmigo, entonces yo trato de mantener a través de los acuerdos unas relaciones cordiales.

He leído que el Aikido enseñado por Kisshomaru es en general expansivo y dinámico ¿está usted de acuerdo?
Estoy de acuerdo, era una persona realmente con un espíritu muy decidido, muy fuerte. Padeció una enfermedad muy grave y tuvieron que extirparle una parte de su cuerpo y tenía realmente una condición física muy favorecida... hablaba, sin micrófono, con una voz que llegaba nítidamente al fondo del polideportivo y cuando actuaba realmente era algo magnífico. Sin duda dejó en nosotros una imagen extraordinaria.

Y el aikido de Yasunari Kitaura Sensei ¿Cómo podríamos definirlo?
Yo no me considero heterodoxo, antes decía que yo respeto la tradición e intento que las cosas básicas que se han enseñado siempre, pervivan, porque creo que el Aikido tiene este, modesto, aspecto. Repito, desde el punto de vista social, capaz de meterse en el corazón de algunos muy profundamente y echar raíces, gracias a estas cualidades fundamentales del Aikido. Si esto se evapora, aunque algunos se fascinen, comienza a descomponerse, por eso entre todos estamos intentando, digamos retenerlo. Es una actividad que se practica, pero desaparece, no es como la pintura. Un cuadro que tú has podido pintar hace veinte años sigue aquí, pero la práctica del Aikido de hace veinte años, aunque algunos la filmen, esa práctica en sí desaparece y eso ocurre cada día. Entonces hay que tener cuidado de que esa vida no se convierta en una rutina aburrida.

¿Cuál es su método de enseñanza?
Lo que antes te explicaba: centramos en cómo integrar, unificar y esto como consecuencia, como resultado de este esfuerzo, creo que lo podemos llamar genuinamente Aikido, hay una unificación de Ki, hay un método de unificar Ki. Entonces yo creo que esto, fundamentalmente, no se desvía de la tradición.

Trabaja usted con armas ¿lo cree necesario?
A veces, como este maestro exige, entonces...(señalando a los maestros A. Martín y L. Nuñez).

¿Cree usted que es imprescindible, un complemento...?
Es una parte imprescindible en el sentido de que podemos elaborar, entender algunas fascetas con mayor claridad, porque lo llamamos Ki, pero no es una idea abstracta de Ki que emana como un vapor, no es así. Si no tiene su precisa orientación, igual que la mente humana, precisa no sólo de orientación para alcanzar la vivacidad. Y todo está muy bien representado en el trabajo de armas, espada y demás. Este trabajo materializa muy bien este sentido al que me refiero.

¿Qué le parece la existencia de los numerosos grupos de Aikido de la actualidad y de las rivalidades entre unos y otros?
Bueno, esto también, mientras no se descomponga el propio Aikido, es una cosa positiva. Y lo es porque digamos que se intentan abrir distintas facetas. Repito lo que antes decía: hay que retener aquellas cosas que nosotros consideramos esenciales, si esto se margina esta diversificación se convierte en una descomposición y la consecuencia es la desaparición.

No le molestamos más maestro, muchas gracias.

Yasunari Kitaura, un personaje polifacético...
Yasunari Kitaura Shihan es todo un personaje: crítico de arte, experto en el Greco, ha escrito diversos libros de diversas temáticas, desde la historia del Arte de China hasta uno sobre El Greco y la génesis de su obra: pero el que más nos atañe es “La Plenitud del Vacío” de 1999, una obra que contiene ensayos sobre Aikido y otros aspectos de la cultura nipona. Fue discípulo del fundador, Morihei Ueshiba y de su hijo Kisshomaru Ueshiba. Desde 1967 reside en España y es el primer maestro japonés que hubo en España como representante del Aikikai. Al día de hoy dirige la Escuela de Aikido Ametsuchi(c/Las minas, 17, Madrid) y la Asociación Cultural Aikikai de España (ACAE). Debe destacarse que ha formado numerosos expertos en esta disciplina. Licenciado por la Universidad de Waseda (Tokio) y doctor por la Universidad Complutense de Madrid, es un reputado historiador del arte a la vez que Shihan (8ºDan) de Aikido.